miércoles, 12 de octubre de 2011

Minerales

El organismo humano necesita muchos minerales a fin de brindar salud y alegría en la vida. Los minerales son sin duda tan importantes para nosotros como las vitaminas, los cuales con todo, son mirados con indiferencia y su valor desestimado. Los minerales ayudan a mantener en el organismo la cantidad de agua necesaria para los procesos vitales. Ayudan al intercambio de substancias dentro y fuera de las células. Evitan en la sangre y en los líquidos de los tejidos las transformaciones demasiado acidas o alcalinas. Influyen en la secreción de las glándulas y son importantes para emitir estímulos a través del sistema nervioso. Ayudan a establecer las condiciones necesarias para la irritabilidad y contractibilidad de los músculos y tejidos y tienen además otras funciones que serían demasiado numerosas para mencionarlas.
El calcio y el fósforo son necesarios en mayores cantidades que los otros minerales y su suministro debe ser llevado a cabo por todo el que desea obtener un máximo de vigor en su salud. Estos minerales son muy usados por el organismo para dar solidez a los dientes y huesos. Si durante el período de crecimiento se da una cantidad insuficiente de calcio y fósforo, los huesos y dientes se forman deficientemente y son a menudo blandos y porosos. Tales huesos se quiebran fácilmente y los dientes carecen de resistencia contra las caries. Cantidades inadecuadas de estos minerales causan deficiencias en el crecimiento de los niños. A menudo, los padres de tales niños han tenido dietas inadecuadas durante su propio período de crecimiento y de este modo, ellos mismos, no están bien desarrollados. En este caso, la ausencia de desarrollo en lo referente al niño, es equivocadamente atribuida a la herencia y de este modo la dieta inadecuada no es tenida en cuenta.
Entre los doce y los dieciséis años se produce un período de rápido crecimiento. Los huesos tienen un desarrollo especialmente rápido y necesitan grandes cantidades de calcio y fósforo. Los dientes, aunque todavía absorben minerales, necesitan de ellos en menor grado que los huesos. Si la dieta no es adecuada en este momento, los huesos roban los minerales de los dientes. El interior de los dientes es así frágil y un diente fuerte y sano concluye después por picarse, lo cual puede ser evitado con una dieta adecuada.
Condiciones similares existen durante el embarazo, cuando el desarrollo del bebé necesita calcio y fósforo para sus huesos. Aunque tanto la madre como el niño tienen gran necesidad de estos minerales, la necesidad del niño es ahora la más urgente. Los minerales son por esto robados de los dientes y huesos de la madre. De este modo, las madres imprudentes, no solamente pierden su clásico diente, sino, un promedio de dos dientes por cada embarazo. Estos dientes pueden ser fácilmente salvados.
Aunque el 99 por ciento del calcio del organismo se encuentra en los huesos y dientes, el remanente, 1 por ciento, juega un importante papel en regulación de ciertas funciones fisiológicas. Pequeñísimas partículas de calcio, conocidas como iones, ayudan en la trasmisión de los estímulos nerviosos. Cantidades adecuadas de calcio permiten a los nervios ser firmes y laxos. A la inversa, la falta de calcio conduce a la tirantez e irritabilidad de los mismos. Los niños que tienen un crecimiento rápido son frecuentemente nerviosos e irritables, y sus huesos toman del organismo el calcio suministrado. Observamos esta nerviosidad en las llamadas pataletas, genio desagradable, en el comerse las uñas, en el insomnio. Estos niños nerviosos crecen rápidamente. Sin embargo, raramente la madre relaciona esta mala disposición en su niño con la insuficiencia de calcio. La escasez de calcio en el adulto lo hace propenso a ser muy impresionable, irascible, malhumorado, irritable y siente una sensación de tirantez e inquietud. Frecuentemente, los trabajos son hechos equivocadamente y derrocha su energía en movimientos sin dirección. Como principal consecuencia, tales nerviosismos dejan a los músculos laxos y terminan así rápidamente en fatiga. La calma y la estabilidad conservan las energías físicas y mentales. La carencia de calcio también impide a las personas dormir profundadamente o se despiertan con facilidad y están desveladas largas horas durante la noche, cavilando sobre la probable fatiga del próximo día. Cada año son malgastados muchos dólares en polvos y tabletas por las personas que sufren de insomnio. Si la influencia del calcio fuera apreciada por las amas de casa, utilizarían más alimentos productores de calcio, como un medio de aumentar la eficiencia, la paz y la felicidad de la familia.

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