lunes, 3 de octubre de 2011

Proteínas

Este es el artículo sobre proteínas de nuestra guía de nutrición.
Nuestra elección de alimentos deberá estar basada en la moderna rienda de la nutrición. ¿ Es ejecutado por usted un régimen científico de nutrición normal, suministrando cantidades ideales de proteínas, carbohidratos, grasas, sales minerales, vitaminas y líquidos? Tal régimen proporciona una buena constitución física y viveza mental, mayor belleza y una vida prolongada. Sí, nuestra elección en los alimentos puede en mucho prevenir prematuros cambios en la vejez, tanto en el aspecto como en las funciones orgánicas.


Las proteínas vienen primero
De primera importancia en el planeamiento de nuestro régimen diario, son los alimentos proteicos. En efecto, la palabra proteínas deriva de un vocablo griego que significa venir primero. Los proteicos son los constituyentes del cuerpo, de los cuales están formados todos los tejidos orgánicos. Nuestra piel, cabellos, músculos y unas están constituidos por proteínas, así como también nuestro cerebro, corazón, pulmones, y todos los otros órganos internos. Estos tejidos sólo pueden estar constituidos en forma sana y reparados perfectamente, cuando sus elementos constituyentes son suministrados generosamente en nuestras comidas diarias.
Los alimentos proteicos son de dos clases, pues existen una primera y segunda clase de proteínas. La primera clase de proteínas mantiene al organismo en excelente reparación. Esas proteínas son halladas en la yema del huevo, queso, leche, yogurt, y en la carne glandular, tal es el hígado, riñon, cerebro y las mollejas. Las carnes musculares con las cuales nos alimentamos, como asados, chuletas y biftecs, contienen también proteínas de primera clase, pero son menos valiosas al organismo que las carnes glandulares. Unos pocos alimentos vegetales contienen la primera clase de proteínas: semillas de soja, nueces, trigo, especialmente el embrión de trigo, y harina de semilla de algodón. La segunda clase de proteínas es hallada en semillas secas, tales como fríjoles, habas, judías, y semillas mexicanas, lentejas, guisantes secos, maíz, centeno, gelatina y albúmina. Esta segunda clase de proteínas no puede mantener sola el crecimiento, pero ella ofrece una contribución valiosa para la salud cuando está combinada con las proteínas de primera clase.
Si uno prefiere no comer carne, es posible suministrar al organismo la suficiente proteína ccn comidas de origen vegetal, y portadoras de proteínas do primera clase, especialmente nueces, semilla de soja, almendras, manís y harina de semilla de algodón. Si a estas proteínas son agregadas cantidades generosas de huevos y leche fermentada, puede obtenerse una dieta bastante equilibrada. Estrictos vegetarianos, no preparados en nutrición, son aptos para sufrir anemia, baja presión sanguínea y fatiga excesiva.

Las proteínas mantienen nuestra forma del cuerpo
Cundo los alimentos proteicos son escasos en la dieta de un infante o niño, el crecimiento disminuye o permanece estacionario. Cuando la proteína es inadecuada, los tejidos orgánicos, ya sean de adulto o niño, fallan de ser reparados normalmente. Desde que todos los músculos están constituidos con proteína, una carencia parcial de esta substancia valiosa, hace que los músculos se conviertan en blandos y fibrosos, terminando en fofos y en mal estado. Ciertamente, un hombre cuyo abdomen o cuyos hombros han sido alguna vez redondos, no es atractivo; una mujer, aun cuando se vista con vestidos lindos, no puede ser hermosa si los músculos de su pecho y estómago son combados. el influjo elástico de los músculos bien alimentados lo que mantiene los contornos de la cara firmes y bellos, expresando vivacidad y juventud. El aspecto de músculos sanos y perfectamente reparados, pone elasticidad en nuestro paso y gracia en nuestra presencia.
Si son consumidas pocas grasas y carbohidratos, para suplir las necesidades energéticas del organismo, son quemadas las proteínas para producir energías. El organismo podrá usar las proteínas para este propósito, aun cuando ellas pueden ser necesitadas para la constitución y reparación. Por otra parte, cuando son suministradas pocas proteínas que las que el organismo requiere para su construcción y reparación, el exceso es transformado en energía o acumulado como grasa. El uso de las proteínas para energía es anti-económico y no deseable, porque alimentos semejantes, carnes, huevos y leche, son más caros que las grasas y porque el organismo cambia ineficazmente proteínas en energía.

Como satisfacer nuestras necesidades proteicas
La persona inexperta siente que ha obtenido la cantidad necesaria de proteínas si ha ingerido carne una vez al día. Pero está lejos de ser así. Una mujer activa normal debe ingerir 60 gramos (1 gramo es casi cerca de un quinto de cucharadita de té), y un hombre activo 75 gramos de proteínas diarias, si cada uno quiere mantener .su buena salud. La mitad de estas cantidades debe ser suministrada por proteínas animales. Durante períodos de rápido crecimiento o en caso de una adolescencia tardía, el requerimiento llega a cerca de 80 gramos diarios para niñas y de 100 gramos para niños. En embarazo tardío y durante la lactancia, son necesarios diariamente de 80 a 100 gramos de proteínas.
Recientes estudios han revelado que alrededor del 60 % de las personas en América, tiene escasas proteínas, insuficientes para la obtención de una salud completa. Con el alto costo de los huevos, pescados y carnes, deben ser esperadas, en la misma, deficiencias de la más rígida naturaleza. Por esta razón, debe familiarizarse "con la honorable semilla de soja", o "la carne sin huesos" como es llamada en el Oriente. Preparada correctamente la semilla de soja, puede ser deliciosa, y, afortunadamente, contiene proteínas de primera clase. Recuerde, las proteínas son una necesidad en la Dieta Vital.

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